martes, 16 de diciembre de 2014

POEMA DE COMPROMISO


El puro amor que surge sin grandes cadenas
flotando a través de un aire con sabor aún no profanado,
el ígneo sentimiento emanado cual nube orgánica en su liviandad
en espera de la lluvia que nos traería el oro,
es un ave de tántrico plumaje que se drena silenciosa
para no volver a consumirse en el abismo Némesis del alma,
un ave fraterna que el viento de la palabra besa
como yo te beso a ti, mi Gloria Jónica de pluma,
rayando en cada vuelo nuestra piel ahora de verano
para entrelazar miradas que lo dicen todo hasta abrazarse.

Es milenaria esta emoción de bosque en crecimiento
cuando el día anuncia sus ventanas y sus puertas,
una emoción de agua, hija de las solitarias cumbres,
hermana de los huracanes que aún no tocan tierra,
una emoción de burbuja perdurable en tus ojos
para no dormir en las agujas que el tiempo clava
sobre la piel de un mundo cada vez menos humano.

Así te siento para suspender la violencia de los espíritus.
En esta superficie de increada realidad infatigable
quiero promover la siempre suave germinación de las palabras,
subiendo desde la oscuridad del encierro kármico
hasta las clásicas alturas del pensamiento abarcante
y el tierno amor que en silencio toca lo divino.

Lo que ahora nos sucede vino de Coyhaique
en temprana juventud,
se forjó en Santiago y retornó después a San Francisco,
(el santo y el pueblo entrelazados por un nombre
que tanto significa desde tus cimientos en la fe,)
para descubrir el velo de la historia en nuestra historia,
como ángeles terrenales que buscan el agua fundacional
vertida en una copa de oro,
subiendo
y a veces también cantando.

¡Y ahora música para levantar la hora y comenzar!
Me gustaría derramar una materia enorme
sobre las semillas de nuestra memoria futura,
quisiera hacer fluir un éter de sonido en primavera
por esta clara atmósfera que nos envuelve
cada vez que somos un alma de perfecta forma,
pequeños dioses movidos por un soplo teúrgico,
pequeños mortales que se aman a muerte
limpiamente comprometidos en matrimonio.

Juntos sabremos promover la armonía de los años
que se cuelan por un leve espacio antes de nacer,
porque ahora no tocamos el tiempo pero somos,
damos lo nuestro a nosotros,
el día claro en brillante elevación de calles volcánicas
sufriendo catalepsias de tiempo seco,
nuestros dulces abrazos ablandando la piel del espacio,
haciendo grande lo que era pequeño,
flotando en silencios que nos unen desde el corazón,
desde la cruda voluntad de continuar bebiendo música
y momentos que se adhieren al recuerdo
como pétalos enfurecidos frente al rostro de Dios.

El futuro del que hablo es miel,
es fruta que madura sobre labios,
y es limpio el futuro que nos espera desde arriba,
es tiempo envasado sin fecha de vencimiento,
tiempo que nos empuja hacia la tierra brillante,
tiempo que mojamos entre dos,
tú y yo, amantes,
espacio que ocupamos desde otros abismos,
tú y yo, amigos,
tierra que con fuego separamos hasta nacer,
tú y yo, esposos,
arrastrados al océano de las formas pétreas
que inundan la certera tranquilidad de estar aquí y ahora.

Y el presente, amor mío, Gloria mía,
más mía aún por ser ahora esta línea de luz incorpórea
la que saca del vacío tanta historia imborrable,
el presente de estos días que huelen a sorprendente felicidad,
caminando por la vía de un continente dulce y cálido,
nos hundimos en la certera brisa de este devenir
cubierto de joyas incorpóreas hechas de fuego,
manuscritos ancestrales ocultos por la vida
y apartados del ruido mundanal que nos rodea.

Todo lo que hacemos juntos tiene la marca del amor
y está bendito por dos cielos, el tuyo y el mío,
cielos que se entrelazan combinando sus matices
en el centro de nuestros corazones,
y ahora sólo queda empaparnos de este juego
donde ambos seremos ganadores,
porque si alcanzas a creer en mis palabras,
la dicha será tan sólida como una roca
que sostiene aquel imperio donde nacen los héroes
que supieron conquistar la maravilla de vivir,
y nada más.